Algo más sobre la película de Netflix, los derechos y las modas sobre HGO y El Eternauta.
Con respecto a los “derechos” de la obra, tenemos que por un
lado, están los familiares: estaba la viuda (Elsa Oesterheld), quien murió hace
unos años y luego quedó su nieto (no sé si es el único heredero).
Por otro, estaba Scutti, dueño de Ediciones Record (la que
reeditaba desde los años 70 “El Eternauta” y otras obras de HGO). Este, primero
le había comprado los derechos a HGO (en los 70) y en los 80 le compró los
derechos a Elsa Oesterheld (y de ahí salieron las rendiciones que conocemos
hasta el 2000).
Años después, se formó un juicio entre Scutti y los
familiares vivos del autor. Al final, desde la Justicia, se les dio la razón a
los familiares. Estos, hicieron un acuerdo con Doeyo editores, quienes a partir
de ese momento, empezaron a sacar las obras de HGO (por ejemplo, la edición
Vintage).
Con respecto a la película: ahí aparece, como “consultor”
Martín Mórtola Oesterheld (el nieto).
Ahora bien: si vemos los lineamientos políticos del autor
(en particular sus últimos años), me parece algo un poco ilógico, que se
negocie con una multinacional.
Luego, está el tema de arrogarse una supuesta “propiedad”
sobre la obra. Más allá del aspecto legal, creo que el nieto (o los que se
crean herederos), deberían ser un poco menos comerciales con este tema.
Por ejemplo, la otra vez estuve debatiendo con una página
que le daba aire a la noticia sobre una nueva edición de la obra de El
Eternauta y ahí mezclaban cosas del autor original, y otras que no lo eran.
Entonces, un periodista, (al no poder rebatir seriamente mis
argumentos) se enojó e incluso me eliminó de un grupo. Ese individuo, lo digo
con nombre y apellido es Ariel Aviléz, que escribió esa nota en un pasquín
(agencia Nova), que para tener idea de la mediocridad que tiene, basta ver que
publicó una noticia sensacionalista sobre la pareja del actual presidente,
(incluyendo fotos en maya y ciertas insinuaciones sobre su pasado).
Vemos que se han juntado ciertos intereses comerciales, de
figuración, etc; para utilizar una obra que no es propia y sacar una serie de
beneficios de distinta índole.
Por un lado, está la editorial Doeyo, que está sacando obras
a precios exorbitantes, algo que ediciones Records, no hacía. Al contrario,
trataba de publicar a precios medianamente accesibles. Eso que no tenía toda la
publicidad que hay ahora (que da una ganancia asegurada).
Luego tenemos a ciertos intelectuales, que vienen
escribiendo y analizando a “El Eternauta” desde hace décadas. Por ejemplo en la
revista Fierro, allá por los años 80.
Martín García, Juan Sasturain, son un ejemplo.
Me gustaría ver que escriben ahora, ya que su lineamiento
era que toda esa obra de HGO, estaba llena de mensajes premonitorios, contra la
Dictadura Militar de 1976, que tenía mensajes revolucionarios, anti Estados
Unidos, etc, etc.
Si son consecuentes con esa línea, tendrían que criticar al
emprendimiento con Netflix, una multinacional, que es ejemplo del dominio
cultural del Imperio.
Luego de la dictadura, se fueron sumando a todas las
“viudas” de HGO, que daban vueltas por ahí, gran cantidad de intelectuales del
llamado progresismo.
Acorde al oportunismo y pobre análisis de este sector
social, empezaron a repetir, los tópicos que más cuadraban con sus ideas. Ahí,
empezó a masificarse una visión algo distorsionada de “El Eternauta” que
respondía más a lo que pensaban sus analistas, que a lo que había escrito el
autor.
Una cosa que he notado en mis lecturas de muchos de estos
análisis, es que si una toma la historieta de 1957, verá como algunas opiniones
que se hacen pareciera que no la leyeron completamente o están utilizando otras
opiniones o análisis previos. Hay notorios errores. Estoy hablando de
renombrados analistas y no de meros aficionados.
Otro fenómeno que se dio, es el de las continuaciones.
Primero con la que salió en Skorpio a principios de los 80 y luego con toda esa
saga realizada por Solano López y compañía, que no tiene nada del espíritu
original y es más bien algo comercial de poco nivel.
Eso sin tomar la cantidad de “homenajes” en distintas
historietas y otros ámbitos.
Como ejemplo está la agrupación “Oesterheld” dirigida por
Martín García.
Producto de esa “moda” fue que luego de asumir, desde algún
sector del kirchnerismo, salió la idea de poner al dibujo de El Eternauta con
la cara de Néstor. Algo que en lo particular, no me pareció más que un simple
oportunismo, encuadrado en los antecedentes que expliqué.
Hoy día, vemos que se ha formado un grupo de “custodios
oficiales” de El Eternauta y el pensamiento de Oesterheld. En él, hay críticos,
escritores, políticos, comerciantes y demás. Todos tienen en común, repetir una
“historia oficial” en la cual, no hay derecho a disentir. Aun viendo que hay
grandes falencias e ingenuidades en su elaboración. Al ver ese tipo de actitud,
fue que me movió a realizar esta página. Y de paso, dar un espacio a los que
realmente quieran un análisis objetivo y evitar esos análisis, repetidos y
llenos de fraseología pseudo intelectual, pero que no resisten la menor crítica
documentada. Aparte, de agobiar e incluso aburrir a los lectores.
En mi opinión, hoy día querer “apropiarse” de El Eternauta,
es rebajar la obra a un panfleto o buscar una utilidad comercial.
El mejor homenaje que podrían hacerle a Héctor Germán
Oesterheld y su obra maestra: “El Eternauta” sería, liberar los derechos y que
desde el gobierno, se hagan copias baratas accesibles, para todos. Y en
calidad. Nada de ediciones mini o esas copias ilegibles que realizó Clarín
(otro que lucra con la historieta) hace unos años.
Eugenio Luis Germino.
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